Nutrimos nuestros viñedos con compost orgánico

Tras la vendimia la viña necesita descansar y ser cuidada. El reposo invernal es fundamental para el desarrollo saludable de la vid. Durante esta etapa la planta paraliza su actividad vegetativa y transporta las reservas generadas a las raíces comenzando el trabajo radicular.  Aunque pueda parecer que en este momento el trabajo de viticultura es menor, no es así. Se continúa con una serie de trabajos de invierno muy importantes para el futuro de la planta.

En Aiurri aprovechamos durante el otoño y el invierno para pensar en cómo recuperar la estructura del suelo y poder devolver a la viña todo lo necesario para su recuperación. El aporte de materia orgánica nos ayudará a nuestro objetivo, así como a mejorar el suelo, pilar fundamental de la agricultura.

Para ello estamos empleando en nuestros viñedos, este año, 140 toneladas de compost orgánico constituido con una mezcla de estiércol de oveja junto con paja compostado entre seis y nueve meses. Hemos adaptado el sistema y los equipos de aplicación a la viña a los marcos de plantación de nuestras parcelas, a la orografía y tamaño de éstas, que dificultan y ralentizan estos trabajos.

Por un lado, los compañeros de viticultura abonan el suelo manualmente, y, por otro lado, gracias a una máquina en la que se han ajustado sus dimensiones y parámetros, podemos agilar esta práctica que ya está casi en desuso en la zona debido a la dificultad y el coste económico.

Concretamente, estamos echando el compostaje en el centro de las calles del viñedo, entre las plantas, con el objetivo de mejorar la estructura del suelo. Primero lo aplicamos y después lo incorporamos para que mineralice y que los nutrientes estén a disposición de las cepas.

Previamente a este proceso, durante el año hemos hecho diversas analíticas de peciolos en nuestras parcelas y junto con los análisis de las pilas de compost, ajustamos la dosis de aplicación a las necesidades de cada parcela o zonas concretas de las mismas.

Algunos de los beneficios que nos encontramos con este tipo de abonado son: una reposición de los nutrientes que la viña ha ido consumiendo durante el ciclo vegetativo, mejorar la estructura del suelo que lleva a incrementar la capacidad de retención de agua, una mayor porosidad así como el incremento de la actividad microbiológica; todo estos ayuda también a reducir la erosión del suelo.

En Aiurri hemos diseñado un plan de abonado en compost anual de forma que cada año intervenimos en una parte de nuestras parcelas, aproximadamente la mitad anualmente, con el objetivo de dar la vuelta a la finca completa en dos años aproximadamente.

Estas labores se complementarán en el mes de marzo con una aplicación de abono granulado en algunas de las parcelas, que necesitan un poco más de ayuda después de las últimas campañas secas en la zona, permitiendo tener los nutrientes necesarios para el momento de máxima demanda de la planta, la floración.